lunes, 15 de junio de 2009

FORMA DEL SILOGISMO

LA FORMA Y SUS REGLAS.
Para que el silogismo sea correcto debe considerarse no sólo en su materia (elementos que lo integran), sino sobre todo en su forma, que es la estructura adecuada de esos elementos y que permiten, a priori, una consecuencia necesaria.
La forma es, pues, aquello que le da al silogismo su carácter de necesidad como raciocinio. Es la que establece un nexo necesario entre premisas y conclusión, de tal manera que (cualquiera que sea su materia o contenido concreto) la conclusión debe aceptarse como válida.
La forma del silogismo a quedado establecida por medio de ocho reglas generales.

Reglas de los términos.
PRIMERA REGLA. El silogismo consta de tres conceptos, y sólo tres: mayor, menor y medio. Debe subrayarse que en el silogismo se usan sólo tres conceptos. El funcionamiento del silogismo consiste en relacionar el menor con el mayor gracias a que previamente se encuentran relacionados con un tercero que es el término medio.

SEGUNDA REGLA. Ningún término debe tener mayor extensión en la conclusión que en las premisas.
Debe quedar perfectamente claro que la deducción sólo es posible cuando la conclusión expresa algún caso particular incluido de alguna manera en la extensión de los términos de las premisas. Este es en el fondo, la base del funcionamiento del silogismo. Por tanto, se exige que los términos de la conclusión no se excedan de su extensión, con respecto a la que previamente tenían en sus premisas.

TERCERA REGLA. El término medio jamás pasa a la conclusión. En efecto, el término medio tiene como función servir de puente o enlace entre los otros dos.

CUARTA REGLA. El término medio debe ser por lo menos una vez universal. Cuando el término medio es particular en las dos premisas, no sirve de enlace para el término menor y mayor, puesto que nada garantiza que la extensión particular de este término medio en la mayor coincida con la extensión particular del mismo término medio en la menor.
En cambio, cuando el término medio es una vez universal, queda garantizado que los casos de la extensión particular de este término medio van incluidos en la extensión universal de ese término en la premisa.

Reglas de las proposiciones.
Las otras dos premisas determinan las condiciones que deben seguir las premisas y la conclusión.
QUINTA REGLA. De dos premisas negativas no se concluye nada. La proposición negativa indica que el sujeto no conviene al predicado.

SEXTA REGLA. De dos premisas afirmativas no se puede inferir una conclusión. La razón es bastante clara: si las dos premisas son afirmativas, significa que tanto el término mayor como el menor convienen con el término medio. Por tanto, esos dos términos deben convenir entre sí, lo cual se expresa en una conclusión afirmativa.

SÉPTIMA REGLA. Dos premisas particulares no dan conclusión. Si el silogismo es un raciocinio deductivo, se debe paras de lo universal a lo particular. Por tanto, o las dos premisas son universales, o al menos una de ella; pero no pueden ser ambas particulares.

OCTAVA REGLA. La conclusión siempre sigue la parte más débil. Esta es la regla más importante para determinar la cantidad y cualidad de la conclusión. Significa que si una premisa es negativa, la conclusión será también negativa. Si una premisa es particular, también la conclusión será particular. Y si hay una premisa negativa y otra particular, la conclusión será particular y negativa.

El silogismo correcto y verdadero.
Para que la conclusión sea verdadera se requiere que las premisas sean verdaderas y que la forma sea correcta. Si alguna premisa es falsa no se garantiza la verdad de la conclusión; pero aun en este caso, siempre que se cumplan las ocho reglas, la conclusión es valida, correcta, hay ilación.


Fuente original: Introducción a la Lógica. Raúl Gutiérrez Saáenz.

No hay comentarios: